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BerryMex:"Ahora sé que la vida solo es una, sin separación la personal y profesional"

Aldo Mares, BerryMex
Empresa: "Ahora sé que la vida solo es una, sin separación la personal y profesional"

CON EL FIN DE OBTENER un desarrollo que asegure los resultados y logre un fuerte crecimiento, Berrymex (empresa líder en México en la producción de frutos rojos) apuesta por el coaching ejecutivo de la mano de la EEC. Un proceso que ha incluido coaching de equipos, coaching individual, talleres de cambio de cultura y la certificación como coach del propio Aldo Mares, quien contesta a estas preguntas.

Una vez finalizado todo el proceso, ¿cuál es su mayor satisfacción?
En la organización, es ver el desarrollo del equipo del que formo parte y cómo las interacciones dentro de la empresa y con otras organizaciones empiezan a ser más fáciles. También, que los objetivos se convierten en más grandes. Eso sí, tienen mayor reto, pero también más certeza para lograrlos.  
Y en mí mismo; si me comparo con hace un año cuando conversé por primera vez con Luis Carchak [coach líder del proyecto], siento como si hubiera crecido varios años en madurez, liderazgo y conocimiento. Tengo claridad sobre mi futuro, me siento más motivado, más joven y mejor físicamente (me volví deportista).

¿Qué aprendizaje destacaría de los procesos de coaching de equipos introducidos entre los directivos?
La visión. Tener una visión clara ha sido crucial para nosotros y ha permitido que todos los miembros conozcan nuestro rumbo. A través de los procesos de coaching, logramos permear los conceptos y herramientas de coaching para hablar en un solo idioma y, así, construir una visión que tuviera la aportación de todas las personas que tienen un rol clave en Berrymex. Esta visión, construida en conjunto, es tremendamente poderosa. 
También a través del coaching de equipos, establecimos reglas de oro para interactuar de forma congruente con los equipos. Unas reglas que guarda el propio equipo. Así, si alguien las rompe, el equipo mismo se hace cargo.

La visión de futuro se convierte, con coaching, en un plan de acción concreto, ¿qué trabaja Berrymex en este sentido?
Bastante. Cuando la empresa tiene clara su visión de futuro todos los pasos se dan para lograrla. La visión que tenemos generó acciones que ya se han convertido en resultados. Actualmente, por ejemplo, hemos realizado cambios estructurales profundos, que nos van a permitir renovar el modelo de negocio para ser sustentables por los siguientes 10 o 15 años.

¿Qué cambios ha podido comprobar en la organización como consecuencia de los procesos de coaching en el nivel directivo? ¿Han surgido relaciones, situaciones o comportamientos nuevos?
Hemos creado un lenguaje, trabajamos con las mismas herramientas y técnicas. Al final, es una forma de interactuar en común. Es como si el equipo hubiera entrado en un ciclo de mejora continua gracias al feedback. Nos prestamos los ojos y nos permitimos vernos desde otros ángulos. También avanzamos más rápido, por que nuestras peticiones son más grandes, más claras y más enfocadas a la tarea. 
Esta forma de conversar ha permitido observar diferentes puntos de vista, ser empáticos y lograr acuerdos de manera más fácil. Cuando la visión es más grande que los intereses personales, la sinergia para el logro crece. Aprendimos a ver los obstáculos como indicadores para saber que vamos por el rumbo correcto. En definitiva, al utilizar las herramientas que pone a nuestro alcance el coaching logramos operar de una forma más rápida, ya que la comunicación es más clara y la toma de decisiones la hacemos en consenso.

Con talleres para desarrollar la confianza, Berrymex ha apostado por una profunda vinculación con su socio estratégico Driscoll’s, empresa que comercializa la producción en todo el mundo. ¿Qué resultados están observando?
Los talleres conjuntos facilitados por Luis Carchak [líder del proyecto] generaron mucha confianza. A tal grado, que estamos construyendo un futuro juntos. Antes nos reuníamos sin confianza. Ahora sabemos que los problemas, son problemas y que lo poderoso es compartir las visiones de futuro y generar sinergias para lograrlo. También comprendimos que juntas llegamos más lejos y que ambas empresas trabajamos enfocadas a metas comunes. 

¿De qué manera valora Berrymex el éxito de las prácticas de coaching? 
Este proceso ha sido una apuesta de inversión de nuestros líderes globales Héctor Lujan, COO de la compañía, y Emilio Leveque, EVP RH. Como organización medimos dicha intervención en términos de retorno de la inversión, nivel de satisfacción y comunicación, rotación y desarrollo de talento.

También ha seguido usted un proceso de coaching individual, ¿qué genera este acompañamiento?
A través del coaching individual he descubierto que tengo la capacidad de lograr el futuro que deseo; he logrado identificar con claridad mis objetivos, lo que me impide lograrlos y establecer acciones que me mantengan en el rumbo para alcanzarlos. En definitiva, me ha permitido reflexionar, conocerme mejor y desprenderme de creencias que frenaban mi desarrollo.

Tras su relación empresarial con la EEC ha decidido certificarse como coach. ¿Qué nuevas habilidades y distinciones le aporta esa formación como líder de una empresa?
Pienso que el coaching me aporta claridad, sobre mí mismo y sobre Berrymex. He aprendido que no hay separación entre vida personal y profesional, que es una sola vida. El coaching me ha dado las herramientas para ser mejor persona y, como consecuencia, mejor líder. Puedo escuchar más atentamente a las personas que me rodean, comprendo sus necesidades, realizo peticiones y doy y recibo feedback de forma más fluida y correcta. 
También las distinciones han sido clave en mi actuar y en mi forma de liderar. Aprendí a generar reflexión conmigo mismo y con quienes me rodean, a delegar mejor, a manejar reuniones efectivas y a cohesionar equipos por medio de “reglas de oro”.

En todo este proceso, ¿cuál ha sido el reto más difícil de superar?
Serían dos. Por un lado, comprender y aceptar el alcance que el coaching puede tener en las personas y en las organizaciones. Tuve que hacer frente a mi propio desconocimiento y experiencias previas, que me llevaron a pensar que la palabra coaching era sinónimo de manipulación o confusión. Y por otro lado, tener conciencia de mi etapa como líder: comprender y entender mi rol de líder (marcar visión y mantenerla, mantenerla y mantenerla…) La clave fue aprender que el cambio comienza en uno mismo y después se permea, que para cambiar hay que dejar de ser víctima y hacerse responsable. 

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